Edgar Núñez Jiménez
I
Las aventuras de Aurélie en el cementerio de mascotas ilustres (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2019) es el primer libro autoral de Norma Vargas Macossay. Un par de años antes –como producto de un largo trabajo editorial– había reunido en El incansable son del parachico (Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, 2015), una serie de relatos jocosos contextualizados en el Chiapa de Corzo de la década de los 50 y escritos pulcramente por su padre. Desde entonces, su voz se había fincado entre trabajos de gestión, dirección de logística y relaciones interinstitucionales a favor de la cultura.
Ambos libros, con cuatro años de diferencia, están marcados por dos desprendimientos; el primero, que recupera la memoria de su padre, subraya una orfandad y remarca la ausencia; el segundo, aunque habla de la muerte sin atreverse a mirarla de frente, enuncia la fragilidad de la vida, se agarra a ella y, casi premonitoriamente, se antepone a la epidemia global del COVID-19.
Lo interesante de Las aventuras de Aurélie en el cementerio de mascotas ilustres es que, a la par que pretende ser cuento para niños, fabular sobre animales y describir pequeñas situaciones históricas, se convierte en un baúl rebosante en donde Vargas Macossay habla de sí misma y de sus recuerdos.
II
Alguna vez, muchos años atrás, Vargas Macossay llegó a París —la eterna ciudad del amor— y se deslumbró no de sus calles, ni de su torre citada hasta el cansancio, sino de Asnieres-sur Seine, un suburbio al noroeste de París, y de su Cementerio de perros y otros animales domésticos (Cimetière des Chiens). Su viaje le ayudó a tropezar con el lugar y, libreta en mano, llena más de preguntas que respuestas, visitó cada uno de los mausoleos de los animales enterrados allí y agotó las notas necesarias.
El cementerio de mascotas que Vargas Macossay describe en su libro y en donde hace pasear a Aurélie Moreau, su protagonista, existe. Fundado en 1899 por Marguerite Durand, apunta a ser la primera necrópolis de animales que se conoce en el mundo.
III
Dividido en seis apartados o secciones, sin numeración o título alguno, Las aventuras de Aurélie en el cementerio de mascotas ilustres está delimitado, temáticamente, por tres grandes momentos.
La inicial es una especie de bestiario que aglutina seis de los animales más famosos del cementerio y describe, con rigor de copista medieval, no sólo las características físicas de las mascotas, sino también la clase social de donde provienen y la causante de sus decesos; esos pequeños halos históricos le dan una carga de objetividad a los hechos narrados, que hacen preguntar al lector si realmente lo que lee es realidad o ficción.
La segunda parte, la más íntima y personal, narra a modo melodramático la causa del por qué Aurélie vaga entre los animales del cementerio. ¿Qué pasó para que Aurélie sea la única humana que acompañe a las bestias, otrora feroces? ¿Qué acontecimientos o situaciones decisivas terminaron por retachar entre los mausoleos? En modo autobiográfico, desde la misma voz del personaje, el lector va encadenando y reconstruyendo los pasajes de la vida de la protagonista.
La última parte, y quizás la más larga, se finca en narrar la historia de Salvatore Cienfuegos y Alexandre Cardin: dos piratas despiadados y ávidos de conseguir aquello que los seduce. Profundiza en la compleja relación de ambos y las vicisitudes que sufren al tratar de desmantelar el cementerio, ante la afrenta de la tropa de animales comandada por Aurélie.
IV
Las aventuras de Aurélie en el cementerio de mascotas ilustres que Vargas Macossay regala al lector, no es únicamente un libro de aventuras; más bien es un corpus atravesado por tres libros bien delimitados. La primera parte es, quizá, la más ambiciosa y, sin esfuerzos, podría sobrevivir de manera autónoma; la razón es sencilla, Vargas Macossay persigue esa línea del bestiario que fue ampliamente renovado por diversos autores del siglo XX y del que tenemos muestras notables. Adscrita a ese movimiento contemporáneo, Vargas Macossay apunta, abre y se instaura en una brecha de ficción muy importante escrita por mujeres creadoras de Chiapas en este siglo.




